jueves, 16 de julio de 2015

Ciudadanos frustrados por ídolos que mienten


Un claro ejemplo de cómo frustrar al pueblo de manera clara es lo que ha hecho el presidente griego Alexis Tsipras que en campaña electoral dijo que iba a dar un golpe en la mesa en las negociaciones con el resto de países europeos para dejar de pedir préstamos que hundieran en la miseria los griegos. Y ahora resulta que seis meses después firma un acuerdo aún más duro que va a seguir asfixiando a los de siempre, a los ciudadanos de a pie. El colmo fue que convoca un referéndum para ver qué quieren los griegos, la inmensa mayoría vota NO al acuerdo con Europa y unos días después Tsipras firma con Europa un acuerdo peor que el de antes del referéndum. Esto no se puede entender y dice mucho de los líderes que prometen a un pueblo falto de ilusión que con ellos todo va a cambiar. Está claro que ciertas políticas hunden al pueblo pero el prometer y luego no hacer genera una frustración bastante peligrosa en el pueblo que puede alentar, por desgracia, a los violentos a salir a la calle a no revindicar nada más que su violencia por cierto provocada por personajes que mienten y luego no cumplen cuando tienen la responsabilidad de gobernar.
Salvando algunas diferencias, lo que ha pasado en Grecia tiene aspectos similares con lo que sucede en España. En el 2011 Rajoy en campaña prometió un montón de cosas entre otras no subir impuestos incluidos el IVA y lo incumplió nada más pisar la Moncloa. Me hace gracia como ahora Rajoy da lecciones a Tsipras cuando él ha mentido igual o más igual que cuando sigue afirmando que España no recibió ningún rescate. Esto hace mucho daño porque no hay peor cosa que tratar de tontos a los ciudadanos.
Por otro lado, también encuentro similitud con la frustración generada en Grecia a partidos nuevos como Podemos y Ciudadanos que se mueven muy bien de plató en plató y de memoria recitan como papagayos lo que van a hacer eso sí nunca dicen el cómo lo cual me hace deducir que esto huele como en Grecia a una futura frustración de muchos porque ya no sólo mienten los partidos viejos sino los de nueva hornada.