Como muchos imaginábamos, después de las elecciones
generales nos encontramos ante un panorama lleno de bastante incertidumbre por ver
quién va a gobernar España los próximos años. Se está empezando a ver la falta
de seriedad de muchos de los partidos que en campaña decían una cosa y ahora, o
bien, dicen lo contrario o juegan con la ambigüedad para lograr objetivos poco
claros.
Por un lado, nos encontramos al ganador-perdedor Partido Popular
que ha ganado las elecciones pero ha
perdido muchos por votos por culpa fundamentalmente de la corrupción y el ataque
frontal a la clase trabajadora. Por otro lado, está el PSOE que también ha perdido
apoyo popular y le están dando por todos los lados. Por una parte el PP
diciéndole que si pacta con Podemos es como querer la independencia de Cataluña
y por otra parte Podemos le dice que si pacta con el PP está a favor
de la corrupción y de seguir con políticas de recortes.
En un mismo bando podemos encontrar a partidos de nueva
hornada (Podemos-Ciudadanos) que a pesar de tener ideas antagónicas tienen algo
en común que es que dicen una cosa y luego otra y llega un momento que no sabes
a qué atenerte. Por ejemplo, Ciudadanos ha repetido hasta la saciedad que nunca
apoyaría la investidura de un PP liderado por el Señor Mariano Rajoy y ahora su
idea es abstenerse e incluso si se dan mal dadas apoyar la investidura. ¿No es
poco creíble? Claro, que los de Podemos no se quedan atrás. Es un Partido que
con tal de sobrepasar al PSOE en votos
(ha sido el leitmotiv de su campaña) ha captado el voto de gente radical tanto Euskadi
como en Cataluña lo cual le hacen cambiar su mensaje, radicalizarse ya que
estos le tienen bien agarrado para que cumpla lo que prometió: un referéndum en
Cataluña.
A mí lo que más me llama la atención es que ningún partido
se ha parado a pensar que los ciudadanos no hemos votado para que haya un referéndum
o haya un cambio en la Constitución o el Congreso lo presida una u otra persona.
Los ciudadanos queremos un pacto de estado para que la gente consiga empleo de
calidad, que el que lo tenga lo mantenga y tenga un sueldo digno. También
queremos un pacto por la educación y un pacto para que de una vez por todas, la
corrupción política desaparezca y al que se le ocurra robar dinero público vaya
a la cárcel lo antes posible y no que pasen años en libertad riéndose de
nosotros a la cara. La gente hemos votado para que los ciudadanos no perdamos
nuestra casa después de haber estado años pagándola. Tampoco queremos que nos
corten la luz o el gas porque las compañías energéticas lo digan. Los
ciudadanos queremos servicios públicos de transporte baratos y con horarios
dignos que no sólo vale el AVE. Los ciudadanos queremos políticos que no
discutan por tonterías como los niños en el patio del colegio y en lugar de eso
debatan seriamente por el bien del país.
Y yo me pregunto: ¿Qué
hemos conseguido? Nada de nada porque los cuatro partidos más votados gastan el
tiempo en hablar de tonterías para no llegar a un acuerdo en vez de sentarse
todos juntos y no por separado para tirar hacia adelante este país. ¿Qué cuesta
que todos los líderes de todos los partidos se repartieran el gobierno del país
pactando lo que arriba he comentado? Quizá si hicieran esto, los ciudadanos
empezaríamos a interesarnos por la política puesto que empezaría a solucionar
los problemas de la gente. Teniendo en cuenta los resultados está claro que ninguno
gana pero ninguno pierde porque con sólo esto no les vale para gobernar. El
mensaje de los ciudadanos es claro. Ha diversificado el poder en distintos
partidos para que todos se pongan de acuerdo en las líneas principales para
levantar de la miseria a este país. Y por lo que veo de momento es más de lo
mismo. Hasta los partidos nuevos parecen de repente ser viejos y practican
lo mismo que el PP y el PSOE llevan haciendo durante años.
También hay un agravante que es que toca a Mariano Rajoy
liderar la conformación de un gobierno a través del diálogo cosa a la que no
está acostumbrado puesto que lleva cuatro años sin dar la cara y sacando
adelante políticas sin dialogar con nadie y gracias a la mayoría absoluta que
tenía. Además quién se va a fiar de alguien que no ha tomado ninguna medida
ante la corrupción y ha estado mandando emails de apoyo al tesorero de su
partido.
Por todo ello, mucho me temo que la situación va a ser caótica en los
próximos meses y si sale un gobierno va a tener muy poca vida como la que tiene
este estado democrático con careta de mediocridad.