Ahora en caliente, después de las
elecciones del 26J, podríamos hacer un análisis erróneo de lo que ha sucedido.
Los medios de comunicación nos están y estarán bombardeando con opiniones
dispares y muchas de ellas erróneas, como por cierto también fueron los
distintos sondeos preelectorales. Bajo mi punto de vista, el voto del ciudadano
es sagrado y si más de siete millones de ciudadanos han decidido que el PP sea
el que lleve la iniciativa tiene que ser así y que los demás partidos no hagan
juego de palabras con tal de alargar la puesta en marcha de un gobierno.
Para muchos puede ser
incomprensible e irracional que el partido que ha sido el abanderado de la
corrupción y los recortes sociales sea el que tenga más escaños, y no pase por
todo esto a la oposición a hacer un acto de limpieza. Sin embargo, los datos
objetivos (no las encuestas) dicen que el PP debe ser el que conforme un
gobierno junto con otros partidos ya que este no tiene la mayoría suficiente
como para valérselas por sí mismo. Es obvio que el PP tiene dialogar y
consensuar y no imponer puesto que no tiene mayoría. Por lo cual tendrá que
cambiar de estrategia y esperemos que no traicione otra vez a sus votantes
negándose ante el rey a intentar unos acuerdos que le lleven a la investidura.
Un tema es todo lo que ha
ocurrido dentro del PP sobre la corrupción y otra cosa es no respetar a sus
votantes por haber tomado esa decisión. Creo que el tiempo puede dar o quitar
la razón a unos y a otros. Esto no
quiere decir que el PP interprete los resultados como un mensaje que le lleve a
seguir haciendo lo mismo y se olvide de sus casos de corrupción y siga sin
hacer nada contundente. Que nadie olvide que le PP ha perdido cuatro millones
de votos desde las elecciones de 2011 posiblemente por estos motivos.
Por otro lado, el PSOE debería
olvidarse de si es la primera fuerza de izquierdas ya que Podemos finalmente no
le ha ganado, y centrarse en hacer una oposición constructiva y frenar lo que
ellos crean que no es justo para los ciudadanos. Porque si ha perdido en los últimos
años cinco millones de votantes es porque una gran parte de la ciudadanía no
está de acuerdo con el mensaje que transmite ni con su labor en la oposición.
El PSOE debería plantearse hacer una oposición constructiva y renovadora que le
haga volver a tener expectativas de volver a poder gobernar en un futuro.
Por último los partidos nuevos
Podemos y Ciudadanos han visto truncadas sus expectativas de cambio ya que los
primeros han vuelto a quedar terceros además de no pasar al PSOE (lo cual
parecía su único objetivo) y los segundos han bajado en número de escaños.
Estos dos partidos deberían hacer todo lo posible para que el PP siendo el más
votado sea el que gobierne pero ahora tienen una ventaja: le pueden vetar todo
lo que ellos han proclamado que está mal, por ejemplo, ley de educación, ley
mordaza. Además pueden ayudar con sus votos a mejorar la sanidad pública,
consensuar una ley anticorrupción fuerte, reformar la constitución, ayudas sociales
amplias, etc.
Para acabar, hay una cosa clara a
día de hoy, que es que el pueblo ha hablado y todo aquel que chille, grite y
diga que esto no está conforme con los resultados de estas elecciones que se lo
piense antes porque ahora mismo no estamos hablando de sondeos sino de lo que
ha decidido el pueblo democráticamente.