lunes, 26 de junio de 2017

Egocentrismo



En multitud de ocasiones nos vemos enredados en quejas hacia el otro como excusa de tapar nuestra inoperancia e incapacidad para resolver los problemas que nos van llegando. En la vida nos podemos encontrar con gente que sólo se mira su ombligo y no da su brazo a torcer por nada en el mundo pero por otro lado, podemos ser nosotros los que nos cerramos en banda a solucionar el problema y nos creemos poseer la verdad absoluta. En último término, es que haya dos choques de trenes que piensan que sólo ellos pueden dar la verdadera solución pero lo que realmente se genera es un vacío de contenido que desemboca en la destrucción del puente que nos lleva a avanzar hacia la mejora del ámbito en el que estamos implicados.
Todo esto nos debe hacer pensar en que somos importantes para llegar a acuerdos pero sin olvidarnos que no estamos solos sino que hay más opiniones y que si dejamos nuestro egocentrismo en casa quizá se avance y se construyan o puentes que nos lleven lo bastante lejos como para tener la sensación de que no solo hemos aprendido cosas nuevas sino que también hemos formado parte de la solución al problema.
Además las personas egocéntricas tienen algo en común que es que se esconden detrás de ese egocentrismo para ocultar su impotencia e incapacidad de solucionar un problema lo cual hace que se convierta en una gesta imposible el avanzar y así seguir viviendo del cuento de que “los demás tienen la culpa y yo aquí soy el bueno”.
A lo que quiero llegar es que tenemos que abandonar cualquier atisbo de admiración de nosotros mismos para pasar a una escucha activa del otro. Eso sí, teniendo nuestras ideas claras e intentar convencer al otro y yo dejarme convencer en algunas cosas para llegar a acuerdos que al fin al cabo van en beneficio de todos. Para ello, tenemos que desarrollar una apertura de miras y de empatía hacia los demás que nos hará olvidar ese yo indecente que lo único que hace es hundir un poco más a los que verdaderamente debería recaer la solución.
Esta situación degenera cuando gente egocéntrica lidera ámbitos como la educación, sanidad, justicia, política lo cual hace que la situación no solo no mejore sino que se paralice y vaya empeorando.

viernes, 16 de junio de 2017

Verdugos convertidos en víctimas



Siento pena al ver cómo nuestro criterio a la hora de valorar y recriminar ciertas actitudes cambian dependiendo quién las haga. No podemos ponernos una venda en los ojos y convertir en víctimas a los verdugos y a los verdugos en víctimas. Es obvio, que el que no paga impuestos en nuestro país y hace todos los esfuerzos posibles por desviar sus capitales a lugares en los cuales no se pagan impuestos, es un sinvergüenza y un delincuente y no importa lo famoso o lo importante que sea en el mundo en el que se mueve. Por desgracia, estamos viendo en los últimos años un gran número de corruptos que se han apropiado del dinero de todos y lo han usado para beneficio propio, normalmente personajes metidos en política directamente o bien que conocían a algún político que les daba manga ancha para robar.
En todos estos casos no nos debería temblar la voz a la hora de denunciarlo y mostrar nuestra crispación en las calles para que vean que no somos tontos y que no hay derecho que unos pocos se hayan quedado con el dinero que otros muchos hemos dado para que se utilice en distintos ámbitos como pueden ser la sanidad y la educación.
El problema viene cuando los que no pagan impuestos son celebridades del mundo del deporte concretamente del fútbol ya que de repente nuestro criterio cambia y salimos en defensa de estos presuntos ladrones que lo que hacen es llevarse el dinero a paraísos fiscales para no dejarlo en el país en el cual están desempeñando su trabajo. No sólo los defendemos a capa y espada sino que nos manifestamos en contra de los jueces que llevan estos casos y a estos presuntos delincuentes les convertimos en víctimas de un sistema que va en contra de ellos. Lo hacemos de una manera tan exagerada que parece el mundo al revés, parece que la culpa la tienen los que tienen que cerrar un comedor escolar, un colegio, o reducir plantilla en un hospital por falta de recursos, por cierto recursos que se los han llevado estos canallas que luego besan el escudo de su equipo como si les importara mucho su afición.
Creo que debemos reflexionar y el que es un sinvergüenza lo es venga de donde venga. El que hace este tipo de delitos le importa un bledo la gente, lo único que le importa es hacerse un poco más rico pero en este caso no es gracias a su trabajo sino a las ventajas que tienen de llevarse el dinero tan lejos como está el sentido común de los que nos ponemos a llorar cuando a estos canallas le sientan en el banquillo de los tribunales.