En multitud de ocasiones nos
vemos enredados en quejas hacia el otro como excusa de tapar nuestra
inoperancia e incapacidad para resolver los problemas que nos van llegando. En la
vida nos podemos encontrar con gente que sólo se mira su ombligo y no da su brazo
a torcer por nada en el mundo pero por otro lado, podemos ser nosotros los que nos
cerramos en banda a solucionar el problema y nos creemos poseer la verdad absoluta.
En último término, es que haya dos choques de trenes que piensan que sólo ellos
pueden dar la verdadera solución pero lo que realmente se genera es un vacío de
contenido que desemboca en la destrucción del puente que nos lleva a avanzar
hacia la mejora del ámbito en el que estamos implicados.
Todo esto nos debe hacer pensar
en que somos importantes para llegar a acuerdos pero sin olvidarnos que no
estamos solos sino que hay más opiniones y que si dejamos nuestro egocentrismo
en casa quizá se avance y se construyan o puentes que nos lleven lo bastante
lejos como para tener la sensación de que no solo hemos aprendido cosas nuevas
sino que también hemos formado parte de la solución al problema.
Además las personas egocéntricas
tienen algo en común que es que se esconden detrás de ese egocentrismo para
ocultar su impotencia e incapacidad de solucionar un problema lo cual hace que
se convierta en una gesta imposible el avanzar y así seguir viviendo del cuento
de que “los demás tienen la culpa y yo aquí soy el bueno”.
A lo que quiero llegar es que
tenemos que abandonar cualquier atisbo de admiración de nosotros mismos para
pasar a una escucha activa del otro. Eso sí, teniendo nuestras ideas claras e intentar
convencer al otro y yo dejarme convencer en algunas cosas para llegar a acuerdos
que al fin al cabo van en beneficio de todos. Para ello, tenemos que
desarrollar una apertura de miras y de empatía hacia los demás que nos hará olvidar
ese yo indecente que lo único que hace es hundir un poco más a los que verdaderamente
debería recaer la solución.
Esta situación degenera cuando gente
egocéntrica lidera ámbitos como la educación, sanidad, justicia, política lo
cual hace que la situación no solo no mejore sino que se paralice y vaya empeorando.