Siento pena al ver cómo nuestro
criterio a la hora de valorar y recriminar ciertas actitudes cambian dependiendo
quién las haga. No podemos ponernos una venda en los ojos y convertir en
víctimas a los verdugos y a los verdugos en víctimas. Es obvio, que el que no
paga impuestos en nuestro país y hace todos los esfuerzos posibles por desviar
sus capitales a lugares en los cuales no se pagan impuestos, es un sinvergüenza
y un delincuente y no importa lo famoso o lo importante que sea en el mundo en
el que se mueve. Por desgracia, estamos viendo en los últimos años un gran
número de corruptos que se han apropiado del dinero de todos y lo han usado
para beneficio propio, normalmente personajes metidos en política directamente
o bien que conocían a algún político que les daba manga ancha para robar.
En todos estos casos no nos
debería temblar la voz a la hora de denunciarlo y mostrar nuestra crispación en
las calles para que vean que no somos tontos y que no hay derecho que unos
pocos se hayan quedado con el dinero que otros muchos hemos dado para que se
utilice en distintos ámbitos como pueden ser la sanidad y la educación.
El problema viene cuando los que
no pagan impuestos son celebridades del mundo del deporte concretamente del
fútbol ya que de repente nuestro criterio cambia y salimos en defensa de estos presuntos
ladrones que lo que hacen es llevarse el dinero a paraísos fiscales para no
dejarlo en el país en el cual están desempeñando su trabajo. No sólo los defendemos
a capa y espada sino que nos manifestamos en contra de los jueces que llevan
estos casos y a estos presuntos delincuentes les convertimos en víctimas de un sistema
que va en contra de ellos. Lo hacemos de una manera tan exagerada que parece el
mundo al revés, parece que la culpa la tienen los que tienen que cerrar un
comedor escolar, un colegio, o reducir plantilla en un hospital por falta de recursos,
por cierto recursos que se los han llevado estos canallas que luego besan el escudo
de su equipo como si les importara mucho su afición.
Creo que debemos reflexionar y el
que es un sinvergüenza lo es venga de donde venga. El que hace este tipo de
delitos le importa un bledo la gente, lo único que le importa es hacerse un
poco más rico pero en este caso no es gracias a su trabajo sino a las ventajas
que tienen de llevarse el dinero tan lejos como está el sentido común de los
que nos ponemos a llorar cuando a estos canallas le sientan en el banquillo de
los tribunales.
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