lunes, 3 de enero de 2022

Antivacunas, consecuencia de la ruptura de nuestros valores

 

Poco a poco estamos llegando a un destino de difícil retorno y que puede cambiar muchas de las estructuras que hasta día de hoy eran fundamentales para mantener vivos valores  tan imprescindibles para diferenciar una sociedad equilibrada frente a otra destructiva y con poco interés por avanzar y mejorar.

Un nuevo capítulo de esta situación es todo lo que estamos viviendo en estos casi 2 años con la pandemia. Es verdad, que una inmensa mayoría ha estado concienciada con este tema y no solo hablo de los sanitarios sino el resto de ciudadanos que han estado intentando hacer mejorar esta situación desde el contexto que les toca.

Pero también es verdad que una parte de nuestra sociedad no ha colaborado y solo han pensado en ellos mismos y con tal de satisfacer sus necesidades no han cumplido las normas básicas de civismo que una sociedad en democracia debiera cumplir.

Me voy a centrar en la vacunación. Una persona con un mínimo de conciencia social y empatía no duda en ponerse las dosis que hagan falta. Pero cuando un sector de la sociedad cada vez más amplia ha sido educado en la inmediatez, en conseguir las cosas sin esfuerzo, en  no pensar en los demás sino en solo en ti es cuando surgen movimientos como los antivacunas que se creen lo primero que ven en las redes sin filtrar la información. Esto ocurre porque cada vez más estamos cayendo en el error de educar a nuestros hijos desde una manera relajada y creemos que queremos más a los menores por consentirles todo y esto conlleva una actitud de todo vale y de darles la razón de todo aunque no la tengan. El resultado es una juventud entre 20-35 años muy centrada en sus necesidades básicas y no pensar en nada más. Hasta ha habido campañas de vacunación que para animar a la gente a vacunarse se hacían regalos. Esta cultura de te regalo algo para que no me molestes (¿Os suena?). La ley del NO esfuerzo en la que llevamos sumergidos y poco a poco lo vamos a ir pagando.

Ante esta situación, el sistema educativo en vez de reforzarse y seguir educando en valores cada vez más está cediendo a estas presiones de que aunque no te esfuerces tendrás el premio igual porque claro cómo se va a discriminar a alguien. Ante esta situación, nuestra sociedad será cada vez menos competitiva ante los verdaderos retos que habrá que afrontar. Y a competitiva me refiero a bien preparada, competente, personas con una buena educación, con valores bien asentados que son los que te hacen pensar primero en los demás y luego en ti.

A esta parte de la sociedad nada les importa el trabajo que están haciendo los científicos por salvar vidas creando vacunas, para ellos lo más importante es ir de fiesta y satisfacer tus necesidades. Es obvio que los científicos deberían ser los mejores pagados ya que se dedican a salvar vidas, la vida lo más importante que tenemos y que algunos no saben valorarlo.

En fin, creo que nuestros abuelos se volverían locos si vieran lo que estamos haciendo, ellos que con menos y en situaciones mucho más complicadas supieron saborear la vida con menos comodidades pero poniendo mucho esfuerzo para dejarnos un mundo mejor.