sábado, 10 de agosto de 2013

Pongamos lírica en nuestras vidas

Con la que está cayendo, en una época en la que están desmoronándose muchos de los principios que creíamos indestructibles, es un momento ideal para dejarnos llevar por la lírica y la poesía como inspiración a buscar un refugio invulnerable e infranqueable a toda la negatividad inyectada dadas las circustancias.
Quién no guarda en su recuerdo una canción llena de emotividad, un pasaje poético que nos inspiró a ser rebeldes y sentirnos eternos. Pues bien, en los tiempos que estamos, es todo menos lírico, se nos está llenando de negatividad y se no están quitando los instrumentos necesarios para poder salir de ese pesimismo enfermizo y cruel que nos aboca a una situación de tristeza crónica que nos bloquea a la hora de salir de esta situación. Es más, si los políticos actuaran con la lírica en sus manos, llenarían los corazones de la gente y solucionarían los problemas. Claro que no me imagino a nuestros gobernantes, cantando una "blues" pidiendo perdón y dándonos las soluciones que  les pedimos.
Pues bien busquemos esos instrumentos que tienen la lírica, lo cual no quiero decir que nos pongamos a leer poesía como locos (lo cual no sería una mala idea) sino a encontrar la sensibilidad necesaria como la misma lírica hace. Es decir, la lírica destruye la úlltima capa de la cebolla y deja al descubierto nuestra alma y es ahí cuando el ser humano aún con los ojos cerrados se encuentra con sus ser interior y podrá actuar con una perspectiva totalmente sincera y nada contaminada. Lo opuesto a esto es estar encerrados en lo terrenal de las cosas, y su podredumbre. Es más abogo por lo que los renancentistas lllamaban el "Beatus ille" que era buscar la tranquilidad del campo frente al bullicio de las ciudades. Busquemos nuestro "campo interior" para tener la tranquilidad de buscar lo positivo de las cosas y así levantemos la voz ante las injusticias. Yo por mi parte voy a desempolvar algún libro de poesía y algún disco olvidado para buscar la medicina a tanta desolación.

"Encerrado en el océano, me veo pequeño ante la inmensidad de mi alrededor y
no pierdo la deseada esperanza de encontrar el paraíso amarillo que orille a mi interior.
La tranquilidad asoma en forma de silencio, ese que me susurra que ya estoy lejos, del lugar del que nací,
pero cada vez más cerca de la absoluta realidad que me ha traído aquí.
Seguiré con mi búsqueda y levantaré mi voz para que el océano la empape con su realidad"

                                                                                                   (verdadsencilla)

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