Dadas las circunstancias todos tendremos que aprender a ser
más colaboradores con los demás y trabajar en equipo con unas metas comunes las
cuales se conseguirán siempre y cuando todos aportemos lo mejor de nosotros
mismos. El punto de partida está en la escuela desde que entramos a los tres
años hasta que terminamos los estudios de secundaria a los dieciocho.
Por eso en una época de crisis incluida la de la
creatividad, la escuela debe ser valiente y empezar a apostar por romper la
organización del aula convencional y empezar a crear un ambiente en el cual la
clase se organice en grupos equilibrados
y vayan cumpliendo los objetivos. Una de las bondades de trabajar en el aula
con grupos cooperativos es que el profesor detecta antes los alumnos con más
necesidades y por otro lado los alumnos con más capacidades no se conforman
con terminar su trabajo y mirar al techo
o molestar sino que se dedica a ayudar al más rezagado y le enseña lo que más
necesita. Además, esta forma de trabajo
desarrolla en los alumnos sus habilidades sociales lo que implica una mayor
estructuración mental y verbal de lo que se quiere hacer y decir.
Es cierto que esto implica un cambio de mentalidad pero es
necesaria ya que la sociedad necesita de gente que haya sido educada en el trabajo
en grupo ya que lo que más necesitamos ahora es gente creativa abierta a ayudar
a los demás y buscar ideas innovadoras que surjan dentro distintos grupos de
expertos.
El dilema está en seguir haciendo lo mismo o tratar de
empezar a cambiar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario