Es bastante paradójico el origen por el que fueron creados
los Sindicatos con respecto la filosofía
que tienen en la actualidad. Está claro que el germen de lo que ahora conocemos
como sindicatos fue el lograr que los trabajadores tuvieran unos derechos, una
jornada laboral que no rozara o estuviera en los parámetros de la esclavitud.
De ahí surgieron movimientos obreros cuyo fin era pelear por estos derechos y todos
los trabajadores juntos para conseguir tal fin. Después de muchos años se consiguieron
multitud de logros, pero ahí está la paradoja que antes mencionaba porque los
movimientos sindicales de la actualidad han perdido por completo el motor que
les movía y ahora tienen otros intereses y finalidades, hasta tal punto que
están más cerca de la patronal y la clase política que de los obreros.
Es llamativo cómo funcionan, más bien parecen una secta en
la cual todos tienen que pensar igual porque si no lo haces te linchan y arremeten
contra tu persona y todo lo que te rodea. Por ejemplo, es muy opaco la manera
en la que se eligen los liberados sindicales que la mayoría de las ocasiones no
salen de un proceso democrático sino de los años en los que estando afiliado
HAS LAMIDO EL CULO a tus superiores y así llegar a tu ansiada liberación y ahí
llega otra contradicción porque en muchos no hay fecha de caducidad de dicha
liberación y pueden estar años y años calentando una silla e intentando poner zancadillas
a su alrededor para que nadie les quite tal puesto. Por otro lado, están los
conocidos Comités de Empresa que siguen las mismas directrices, gente que lleva
años en un sindicato y son elegidos de manera poco clara con listas únicas en
las cuales el bacalao ya está vendido y no tienes ni opción de ser una
alternativa o de tener otra en la posición de otros compañeros. De ahí que
muchos comités de empresa se nutran de gente poco favorable a la crítica (la
anulan completamente) y se rodean de marionetas que les hacen el trabajo sucio,
espían a sus compañeros para luego contar al líder de este comité quién está en
contra de ellos y hacerles la vida imposible. Están simplemente para estar
blindados en caso de despidos y dejan la elección democrática de lado, gente
sin escrúpulos y auténticos hooligans que arremeten contra todo lo que se
mueve.
Además de esto yo me pregunto si un sindicato tuviera que
vivir de la cuota de sus afiliados, ¿podría sobrevivir? La respuesta es no. Ya
está el “Papá Estado” que financia a estos sindicatos y los compra para que
hagan lo que él quiera. Y ante esta situación, ¿quién pierde? Por supuesto, los
obreros que nos levantamos toda la mañana con el fin de llevar el pan de cada
día a nuestros hogares para que estos sinvergüenzas se rían a la cara y se sientan
superiores y seres intocables.
Ante este panorama de líderes sindicales elegidos a dedo,
comités de empresa ídem, ¿qué nos queda? Pues desde nuestro pequeño ámbito
revelarnos puesto los que deberían defender nuestros derechos están preocupados
primero de seguir en ese estatus privilegiado con un sueldo vitalicio sin hacer
su función que es defender al obrero y no a la patronal porque está claro que
esta es la que gana ante esta situación.
Así que ya sabes, ten los ojos abiertos y no te dejes
engañar por las apariencias.
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