¿Quiénes sufren en realidad?

Algunos sufren porque no saben que ropa elegir de su armario,
otros porque no tienen nada que ponerse.
Algunos se quejan de que sus zapatos son algo incómodos,
otros porque caminan descalzos.
Algunos protestan de lo que hoy toca para comer,
otros porque no tienen nada que llevarse a la boca.
Algunos levantan la voz porque el agua no está demasiado caliente para ducharse,
otros de que no tienen agua.
Algunos se lamentan de que Internet va algo lento,
otros de que todavía no han llegado las nuevas tecnologías.
Algunos dicen que los libros del colegio son muy aburridos,
otros de no tener libros ni escuela.
Algunos gritan lo lenta que es la sanidad,
otros de que no haya hospitales ni centros de salud.

Cuando tenemos las necesidades básicas cubiertas y lo vemos como algo cotidiano nos empezamos a preocupar por cosas insignificantes y nos olvidamos de las personas que por desgracia no tienen nada. Reflexionemos y cuando nos levantemos por la mañana tomemos conciencia de lo privilegiados que somos y y aprovechemos los momentos sencillos e importantes que pasan por nuestra vida. De esta manera, haremos fuerza para los que tienen poder arropen de verdad a los necesitados.Es decir, que a los poderosos les tiemblen las piernas a la hora de dejar desvalidos a tantos inocentes.