domingo, 9 de junio de 2013

La venda de los sindicatos

Es bastante preocupante lo mal parados que salen los partidos políticos en las últimas encuestas por parte de la opción pública que afirma que no tienen ninguna confianza en las principales formaciones del país. Esto puede llevarnos poco a poco a una situación de aparente democracia en la cual los ciudadanos están cada mes más hartos del alejamiento que tiene la clase política de los problemas del día a día de sus conciudadanos.
Pero en esta encuesta es igual de preocupante la visión que empiezan a percibir la ciudadanía de los SINDICATOS. En estas encuestas salen igual de mal parados tanto los políticos como los sindicatos y las razones son muy similares en cuanto a la medición del grado de insatisfacción.
Cuando estábamos en época de "vacas gordas" y todo iba bien, los cuidados se preocupaban en qué iban a invertir sus ahorros y no prestaba mucha atención a las desavenencias de los políticos o sindicatos. Pero en la situación en la que estamos con seis millones de parados y el horizonte tan negro que se avecina los cuidados están viendo que los que deberían solucionar sus problemas no lo hacen y además nos se mueven.
Pero buen hoy no voy a escribir sobre la lamentable gestión de los partidos políticos sino que voy a hacer una reflexión sobre las posibles causas de la insatisfacción que tienes los ciudadanos hacia los sindicatos.
Observando desde fuera la organizaciones sindicales, son agrupaciones cerradas que poco o nada se sabe de lo que están "cociendo" a nivel interno y esa opacidad está ocasionando ese alejamiento de la clase obrera.
Los sindicatos son unas auténticas castas en la cual la pelea interna de poder les entretiene más que los problemas que pueda ver fuera de su "mundo perfecto". Además, no entiendo que cuando alguien se libera sindicalmente esté años y años en esa situación y que no sea algo temporal y marcado claramente en sus estatutos. Esto lleva a situaciones de gente que está en su poltrona, que está además blindada laboralmente, son intocables y sólo les preocupa permanecer en esa situación.
También veo que dentro del sindicalismo hay un servilismo arcaico, es decir, el que hace la "pelota" y da la razón a los de arriba, le asegurará un buen futuro en el sindicato. ¿Esto es democracia?
Para finalizar, hasta que los partidos políticos y sindicatos no se planteen una renovación desde la base con gente nueva, revisión de los estatutos y puestos temporales y no vitalicios, la sociedad, por desgracia, estaremos cada más alejados de estos dos pilares que son fundamentales en una democracia.

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